La nueva de Óscar González Loyo: sus libros para colorear.

"Lección de mercadotecnia básica: Si una propiedad intelectual no existe en el consciente colectivo, su mercancía no se va a vender."

Si bien es sabido por la comunidad detractora de ¡Ka-boom! Estudio, que éste se ha convertido en blanco de burla y escarnio social, éste también se ha vuelto un laboratorio de pruebas. Es ese punto en el que me gustaría ahondar en este pequeño artículo.

Su líder: Óscar González Loyo, y compañía, no nos deja de sorprender. Pareciera que entre más se topa contra la realidad, sus detractores, él y su grupo más se han de empecinar en hacerlo, primordialmente para demostrarnos que ellos tienen la razón, las sorpresas para nosotros parecen no terminar porque cada día nos vienen con algo nuevo que desconocíamos, justo cuando pensamos que ya habían caído lo más bajo que podían, estos nos sorprenden superando sus anteriores logros nulamente profesionales. 

Cuando parece que no pueden sorprendernos más, cuando pensamos que ya han hecho todo lo que esta en "El libro de lo que no debes hacer para triunfar", ¡Ka-Boom! Estudio lo hace de nueva cuenta, nos llenan de una fascinación por continuar su carrera de fracasos y topes contra la pared, al menos ese es el caso de esta escritora. Este fenómeno sociocultural hacia Óscar González Loyo, no por su obra, sino por su persona, su forma de conducirse en la vida, su filosofía derrotista y su deficiente aproximación para dirigirse en los negocios ha inspirado a muchos diseñadores y artistas a expresar por medio de su arte todo lo que es visible y no palpable.

¡Ka-Boom! Estudio, el laboratorio de pruebas.

Para quien ha estudiado o al menos leído un poco sobre mercadotecnia, este sabrá que la mercancía o "merchandise", extranjerismo mas popularmente extendido, es un producto derivado sin valor per se de una propiedad intelectual que previamente se ha posicionado en el consciente colectivo con la finalidad de capitalizar tal propiedad intelectual. Esta diferencia donde el orden de los factores sí altera el producto, es una realidad inherente al funcionamiento del mercado. Incluso me atrevo a declarar que ni siquiera es un concepto que tiene alguien que se precie de un gusto por la lectura esporádica y el conocimiento, ya ni decir de un graduado de la licenciatura en mercadotecnia, sino que es un razonamiento que viene del sentido común más básico que hay.

Cito a lo que dijo uno de los invitados de los podcasts mas recientes del canal de Youtube: No creo en Karmatrón, Ricardo Cachoua Jr.: "...Primero fue Superman, y luego fueron las playeras y las tazas con la imagen de Superman". Figúrense esto: remóntense a los inicios de los años treinta, a los autores de Superman pensando en diseñar las tazas de algo que nadie conocía y luego de vender satisfactoriamente toda la parafernalia derivada de la idea, entonces y sólo entonces después de eso; que empezaran a dibujar el cómic con la portada del kriptoniano sosteniendo un auto sobre sus hombros para salvar las vidas de unos inocentes transeúntes horrorizados.

La legendaria portada del primer número de Superman.

Les propongo que hagamos ese ejercicio de imaginación donde invertimos el orden de los hechos, pueden utilizar otro ejemplo afín que hoy en día goce de éxito mercadológico, ya sea: Batman, Spiderman, cualquier ánime exitoso... y si pueden encontrar la lógica en ello y en el posterior éxito de tal ecuación a la inversa por favor háganmelo saber en los comentarios porque yo la verdad no pude, a lo mejor habrá sido por mi mente tan ruidosa...

Y hablando de la imaginación. "Imagenación" para Óscar (sic). Yo no puedo, y de hecho nadie puede meterse en la cabeza de nadie, pero quiero ir más allá y proponer una hipótesis a como está funcionando la mente influenciada por el chicarquismo-derrotista-ensoñador, si partimos del hecho de que yo creo, en mi mente, sólo en mi mente, de que mi propiedad intelectual es muy buena, porque soy un chingón, porque me gusta a mí mi historia, sonaría lógico que obviamente a los demás también les va a encantar, ¿por qué? porque obvio a mí me gusta, y con esa soberbia sin haber sacado nada, voy y produciré: playeras, tazas, posavasos, manteles y hasta libros para colorear... si, hasta libros para colorear.

La más reciente de los alteños, sus libros para colorear. No hay mucho que yo pueda agregar al por que es una pésima idea; ilustres detractores ya han colocando sus argumentos sobre la mesa de porque esta es (otra) mala idea de Óscar González Loyo, mala idea hablando en cuanto a estrategia de negocios se refiere. Todos sabemos y los miembros de ¡Ka-boom! Estudio nos lo corroboran a diario que su meta final es dar a conocer sus historias a través de la venta de sus cómics, eso y tener poder sobre quienes osamos criticarlos y mofarnos de ellos, pero ese es tema para otra entrada. Con base en esto, la fascinación que me produce este grupo resurgió nuevamente cuando leí el post de Mariana Moreno en el que expresaba que se encontraba feliz porque #Próximamente iba a sacar su historia: "El secreto de los dinosaurios"… pero en cuaderno para colorear. Y yo me pregunto, bueno, suponiendo que ese #Próximamente no signifiquen: 
A) Otros diez años de espera, y 
B) Hayan encontrado otro inversor lo suficientemente incauto como para no haberlos investigado por Internet.
Y sólo entonces ocurra de verdad. A la par de mi fascinación, me llegaron muchas dudas para Mariana y son las siguientes:

En estos más de diez años que Mariana Moreno lleva trabajando, sin paga en la Alteña: ¿En qué momento cambiaste tu discurso de sacar tu propio cómic por el de hacer merchandise?, ¿por eso estás tan contenta?, ¿es eso a caso alguna especie de alegría de consolación? Y lo peor de todo es que después de tantos años de salidas en falso de Karmatrón, salidas en las que permitiste el uso de tu imagen como herramienta de promoción en esos videos caseros, tampoco sin remunerar, salidas inútiles a Expo Bebé, Expo Negocios y demás eventos ajenos a los cómics, y ni hablemos de la mella en tu salud. ¿Después de todos esos años de sacrificios, tu felicidad se reduce a que tendrás un cachito de publicación, que por cierto tampoco se va a vender? ¿Por todo esto y más rechazaste ir a dibujar a Europa?

Reitero que no puedo meterme en la mente de nadie, pero lo más probable es que la respuesta sea sí, a simple vista se nota por esa mirada y sonrisa vacías que la felicidad si no es genuina, sí está bien prefabricada producto de un trabajo cúlmine de programación mental.

Como conclusión solo quiero desearle larga vida a ¡Ka-boom! Estudio, crisol de experimentación de estrategias fallidas extraídas del libro del mismo nombre para nuestra observación y aprendizaje. Si bien cito al señor Luis Gantús que: "...el éxito es algo que Óscar no puede tener...", pero soy firme convencida de que todo tiene un flujo y un cauce, y si bien nunca los veremos crecer, siempre los podremos ver caer más profundo, podremos contemplar detrás de un cristal de una sola vista, cual científicos e ingenieros estudiando fríamente las pruebas de choque automovilístico mientras Óscar y compañía se sigan prestando voluntariamente a ser los maniquíes de aquellos tests de choque en materia empresarial.